¿Por qué te cuesta tanto ahorrar? Un misterio que ha frustrado tus intentos una y otra vez, pero que hoy podrás resolver
Al parecer son muchísimas las personas que consideran más sencillo pagar cuotas de crédito que reservar un fondo mensual para el ahorro, cuando en apariencia es la misma acción ¿Te sucede a ti?
Mi experimento (sin querer queriendo)
Tengo una amiga que me confirmó la teoría una vez, cuando dijo “para obligarme, voy a pedir un crédito de consumo y ahorraré el dinero que me presten”. Mi primer instinto fue pararla, puesto que la diferencia en intereses hacía que numéricamente no fuera una muy buena decisión.
Luego, recordé que las decisiones de dinero tienen un fuerte factor emocional y eso no se puede obviar así como así. Esa era la razón de que a mi amiga se le diera más fácil pagar la cuota del crédito que ahorrar ese mismo monto mensualmente. Teniendo eso en mente, continué insistiendo con las desventajas de su idea, ya que el interés bancario por el crédito de consumo es altísimo, pero le ofrecí una alternativa que cubría sus necesidades emocionales:
“Puedes hacer una transferencia a mi cuenta todos los meses y, en caso de que no reciba el depósito, yo te lo cobraré. Cuando consigas llegar a X monto te devolveré el dinero para que tomes un Depósito a Plazo”.
Los resultados
Los 3 primeros meses tuve que ser la peor pesadilla de mi amiga, pero cumplió con lo que habíamos pactado. Fue el cuarto mes cuando comencé a ver cambios: El dinero llegó antes de la fecha acordada.
El quinto mes vino la novedad que más me sorprendió, no sólo me transfirió a tiempo, sino que ¡aumentó la cifra! Mis ojos se quedaron como platos, de hecho, pensé que se había equivocado y le hablé enseguida para preguntar el motivo. Su respuesta no me desilusionó, como ya se había acostumbrado a hacer la transferencia, decidió subir el monto.
El experimento en total duró 8 meses, luego lo recaudado volvió a sus manos y ella fue capaz de continuar sola, con lo que comprobé una vez más que el ahorro es un tema de costumbre.
Casos como el de mi amiga hay millooooones, esa es la razón de que los gobiernos alrededor del mundo establecieran los sistemas de pensiones. Funcionen bien o no, su finalidad es obligar a la gente a ahorrar para el futuro, contar con un “colchón” de dinero para su jubilación. No obstante, como sabes, las pensiones no satisfacen a la gran mayoría y volvemos al problema original: Se vuelve nuevamente urgente la necesidad de ahorrar por tu cuenta, lo que aumenta la frustración de quienes piensan que no nacieron para ello.
¿Cuál es la causa de estos factores emocionales?
Para explicar lo que sucede con el ser humano respecto al ahorro, te invito a imaginar el principio de nuestra especie, cuando vivíamos en un ambiente mucho más hostil que el actual. En aquella época, cada recurso encontrado era vital, ya fuera para comer, protegerte o vestirte, se vivía por completo para el presente y nada se desperdiciaba. Esa situación tan intensa, dejaba los fundamentos del ahorro por los suelos, eso de postergar la gratificación inmediata por beneficios posteriores no era opción.
Si miras a tu alrededor, notarás de inmediato que las necesidades de supervivencia de aquel tiempo son cosa del pasado. Gracias a la innovación y avances tienes techo donde guarecerte y puedes comer sin arriesgar tu vida en ello. Incluso, hay alternativas a tu disposición para elegir según tus preferencias.
Sin embargo, dichos avances no han ido a la misma velocidad en tu funcionamiento cerebral, aún está implantada la inclinación por aprovechar de inmediato, es “natural”, aunque racionalmente te convenzas de que la postergación tiene sus beneficios.
Experimento del Marshmallow
Existe un estudio que va incluso más allá: afirma que el control de impulsos podría estar relacionado con el éxito de un ser humano, se trata del “experimento del marshmallow ”. En él, se entregaba un caramelo a un niño de 4 años, indicándole que, si era capaz de guardarlo hasta que el monitor regresara, recibiría 2 más a cambio, pero si lo comía mientras estaba solo, no tendría ninguno extra.
Años después, hicieron seguimiento a los niños que participaron, encontrando una correlación interesante entre el éxito y los que postergaron la satisfacción inmediata para conseguir una recompensa: aquellos fueron descritos por sus padres como “significativamente más competentes” 10 años después.
Gracias a este conocimiento y el experimento que hicimos con mi amiga, tienes la oportunidad de evolucionar y dominar tu instinto en beneficio de tu bienestar futuro. La mejor manera de hacerlo es generar el hábito de ahorro, es decir, repetirlo hasta que se vuelva parte de tu rutina, aferrándote al deseo de ese beneficio mayor que obtendrás más adelante (mayor tranquilidad, comprar tu casa, ir de vacaciones, más libertad de acción, etc.).
¿Cómo empezar?
Te propongo algo que da muy buenos resultados: elije una característica para una moneda o billete y, cada vez que llegue a tus manos, destínala al ahorro.
Por ejemplo, yo estuve ahorrando en mi juventud sin saberlo: Guardaba las monedas que brillaban y se veían como nuevas porque me gustaban mucho, cada vez que tenía una en mi poder la apartaba. Así conseguí recaudar más de 100 dólares sin siquiera darme cuenta, una fortuna a mis 16 años.
Conozco gente que lo hace con monedas o billetes antiguos, de cierto valor o emitidos en algún año en particular, puedes elegir la característica que más te guste y comenzar el juego.
¡Mucha suerte!
PD: ¿Quieres saber cuál fue la táctica que usaron los niños que se resistieron a la tentación en el experimento? Se distraían, esforzándose por no mirar ni pensar en el caramelo, buscaban cualquier forma para olvidar que estaba allí. Por otro lado, quienes se lo comieron, cayeron luego de mirarlo fijamente por un rato ;)
¿A ti te cuesta mucho ahorrar o se te da fácilmente? Te leo en los comentarios :)