Mucho se habla y se le teme a un despido, sin embargo, es algo que le puede suceder a cualquiera, por lo que es mejor saber cuáles son los posibles escenarios y las mejores decisiones
El mundo es muy variado: hay personas que han trabajado en un mismo sitio toda su vida y otras que cambian de empleador como cambian las estaciones del año, sin embargo, todos estamos sometidos al riesgo de sufrir un desajuste en el presupuesto llamado “desempleo”. Hoy más que nunca el trabajo se ha vuelto más efímero, ya quedan pocos lugares a los que uno ingresa para permanecer allí toda su vida.
Este artículo lo escribí principalmente para las personas que han sido o podrían, eventualmente, ser despedidas, sin embargo, si lo que buscas es dejar de trabajar donde lo haces, sin tener aún una alternativa laboral bajo la manga, su contenido también te será de utilidad.
Quisiera hacer un alcance antes de que continúes: No es un post acerca del proceso de despido en sí mismo, donde se habla de la revisión en detalle del finiquito, de la justificación del despido, indemnizaciones, eeeeetc., sino de los desaciertos que se cometen una vez que la desvinculación laboral es un hecho consumado.
Habiendo aclarado esto, te dejo los errores más comunes:
- Deprimirte en exceso: Con esto no quiero decir que te rías y seas feliz ante una situación como esta. Sé que es un golpe emocional fuerte, puesto que hiere tu autoestima y vuelve incierto el futuro, no obstante, la depresión se forma precisamente por darle muchas vueltas a un asunto preocupante o entristecedor, si no le das tribuna en tu cabeza, no conseguirá desalentarte en exceso para volver a comenzar. Por otro lado, también sirve no tomártelo tan personal, recuerda que a cualquiera le puede pasar.
- Quedarte con la primera opción pensando “hasta que aparezca otra mejor”: He visto muchos casos de “empleos temporales” que terminan convirtiéndose en definitivos. El ser humano es un animal de costumbre, por lo que no será difícil que te habitúes rápidamente al trabajo que, en un inicio, era temporal y se enfríen tus ganas de encontrar algo mejor. Si vas a tomar un empleo temporal, debes tener plena consciencia de que la búsqueda no ha terminado.
- Pagar tas deudas por completo con el finiquito o con tus ahorros: En este punto, debes estar pensando «Se volvió loca, ¿qué más haría con el dinero?, ¿no es acaso eso lo más sano, financieramente hablando?». Probablemente, cuando recibas tu finiquito, estará compuesta por una serie de pagos pendientes, como vacaciones o bonos parciales, además de una posible indemnización, la que dependerá de tus años en la organización y de su política de desvinculación. Yo diría que ponerse a pagar todas las deudas, o las que te alcancen con ese dinero, es el peor error financiero que puedes cometer. Si bien, puede que en un principio alivie tu conciencia, más importante es considerar que podrías quedarte sin nada o con muy poco para ti, al decidir pagar por anticipado. Lo que quiero decir, es que haciendo esto, vacías el saco de tus reserva y podrías quedarte sin dinero para los meses que vienen. Lo mejor es continuar pagando las cuotas en forma normal, no quise decir que dejaras de cumplir con tus obligaciones, pero no más de lo que corresponda, recuerda que tu perspectiva, al buscar una nueva fuente de ingresos, será más centrada con algo en tus bolsillos.
- Desesperarte por no tener indemnizaciones ni ahorros: En caso de que no cuentes con nada de dinero, se te hará menos fácil no caer en el primer error enunciado: Deprimirte en exceso, por lo que una alternativa es acercarte lo más rápido posible a una institución bancaria o similar para solicitar un crédito. (Ahora sí que la Natalia se volvió loca). Si le das una vuelta, los bancos no sabrán que has sido despedido si consultas con rapidez, por lo que es muy probable que accedan a prestarte dinero. La idea, es que este monto alcance para cubrir tus gastos básicos (no lujos) de los siguientes dos a seis meses, que es el promedio en que una persona se tarda en encontrar un nuevo empleo. De esa forma, lo buscarás tranquilamente y, por ende, encontrarás mejores alternativas que si lo hicieras con el estrés de la falta de flujo.
Si aún tienes empleo, la recomendación es que empieces a acumular un fondo para este tipo de eventualidades, un fondo de tranquilidad. Así, si te llega el momento, estarás en mejor posición para enfrentarlo.
¡Un abrazo!