Algo por lo que trabajas toda tu vida y que, hasta hoy, pensabas que era escaso
Desde la época de infancia me quedó claro que la abundancia era algo bueno, incluso, en mi casa siempre existió un adorno conocido como el “saquito de la abundancia”, colocado en una vitrina con la esperanza de que atrajera la anhelada prosperidad económica. También vi en diferentes hogares un Buda o un Elefante con un billete adosado, con el mismo propósito que el saquito. Sin ir más lejos, en la reciente fiesta de año nuevo se vieron además las múltiples cávalas y ritos, llevadas a cabo con el objeto de atraer la bonanza a nuestras vidas.
A pesar de que casi el total de la población mundial quiere abundancia y lo manifiesta abiertamente de alguna forma, podrás ver que muy pocas personas se consideran gozadoras de ella y me he puesto a pensar que quizás se deba a un error en el entendimiento de algunos conceptos.
El origen del Dinero
El trueque: Era utilizado para intercambiar bienes, de esa forma las personas podían expandirse, es decir, entregar cosas que poseían en canje de otras que carecían. Por supuesto, sólo podía funcionar si cada individuo quería el bien del otro y siempre que la cantidad coincidiera con sus posibilidades o expectativas de entrega. Lo anterior requiere que esta coincidencia o “match” estuviera presente en cada transacción, por lo que se convertía muchas veces en una dificultad que impedía el intercambio.
Este y otros contratiempos inherentes al trueque, acercaron a la sociedad al dinero que conoces hoy. Primero, con el uso de piedras, plumas o granos, de manera que se pudieran transportar y almacenar más fácilmente, y después, con el uso de metales preciosos, como el oro, la plata y el cobre. Sin embargo, supongo que te imaginarás lo incómodo que era ser rico en ese tiempo, ya que trasladar y almacenar ese tipo de elementos en grandes cantidades era bastante complejo, por temas logísticos y de seguridad.
Fue entonces que apareció una especie de “almacén”, donde alguien se encargaba de guardar, custodiar y proteger dichos elementos a cambio de una comisión y entregando al dueño un “certificado” que acreditaba la posesión del metal en cuestión, mayormente oro. Con estos papeles, la gente podía «comprar» diferentes bienes y servicios, dando a cambio el certificado que validaba la propiedad de los metales guardados.
Con el tiempo, esta práctica se masificó y estos documentos fueron cada vez más aceptados como medio de intercambio. Fue entonces que los encargados de la custodia notaron que ya casi nadie iba a reclamar el oro guardado e idearon un negocio basado en prestar «dinero» ageno a cambio de un interés para sí mismos. Esto lo llevaban a cabo emitiendo “certificados” como préstamo, es decir, debía ser devuelto después de un tiempo determinado, con los intereses pactados.
Gradualmente, y gracias a medidas políticas del pasado, el papel dejó de sustentarse en el oro almacenado y comenzó a emitirse con base en la deuda. Poseer pesos o dólares hoy en día no quiere decir que tengas derecho a un metal precioso guardado en algún banco, se trata sencillamente de un papel validado como medio de intercambio, que sustenta su creación en una promesa de devolución: la deuda.
¿Qué es el dinero?
Ahora que ya te conté cómo se produce el dinero, podrás ver que en realidad no es escaso, sino que nace de la credibilidad de las personas, es decir, mientras alguien tenga la convicción de que devolverás lo solicitado, podrás “crear” dinero.
También sabes que el dinero no es respaldado por metales, como antes, ahora es simplemente un flujo, va y viene, sin tener un valor real por sí mismo. Desde ese punto de vista, se puede definir al dinero a partir de 3 conceptos:
- Herramienta de Intercambio: En la actualidad puedes encontrar variados mecanismos de intercambio, como por ejemplo los favores o el ya mencionado trueque. Sin embargo, el que es reconocido a nivel mundial y que menos cuesta llevar a la práctica es el del dinero. No olvides que es sólo eso, una herramienta de intercambio, algo neutro, no un opresor ni el corruptor de la humanidad, es importante replantear nuestras emociones negativas acerca del dinero.
- Acelerador: Gracias al dinero, puedes aprovechar mucho mejor tu tiempo, por ejemplo, si quieres viajar a una ciudad muy lejana, con dinero podrás comprar un vehículo o pagar por un servicio de transporte que te permita llegar mucho antes que si te hubieras trasladado por los medios que permite tu cuerpo.
- Amplificador: Ya mencioné que el dinero es un elemento neutro, sin embargo, muchas veces se le da una connotación negativa porque “corrompe a las personas”, sin embargo, eso no es cierto. Lo que el dinero hace es ampliar nuestro campo de acción, entonces, si la persona ya era corrupta antes, ahora ya no sólo lo sabe su familia, sino que puede afectadar a muchas más personas.
Al comienzo del artículo hablé del deseo de la abundancia, sin embargo, creo que lo que realmente queremos los seres humanos es tiempo y poder, más que dinero en sí. Con “poder” me refiero a la capacidad de hacer lo que te plazca con tu vida (no a ejercer mandato sobre otros libremente, por si acaso). Imagina que tienes absoluto poder y todo el tiempo del mundo, ¿crees que te preocuparías por el dinero?
La invitación que te hago es a recordar que este concepto es un medio para un fin y que debes dejarlo fluir en tu vida y parar de atribuirle un poder que realmente tienes en tus manos.
P.D.: Si quieres entender un poco cómo se dio paso a la creación del dinero y por qué éste es ilimitado, puedes mirar un pequeño documental canadiense, llamado “el dinero es deuda”
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