La “cultura de lo instantáneo” es un componente esencial de las generaciones actuales y muchas veces la principal razón de su boicot financiero
En el tiempo que llevo ligada a las finanzas personales, me he dado cuenta de que, a pesar de que muchas personas saben perfectamente lo que tienen que hacer, la “cultura de lo instantáneo” les acaba estropeando todo el panorama.
Cuando hemos impartido un curso presencial siempre he quedado sumamente satisfecha, porque veo salir a los asistentes entusiasmados por mejorar su situación. Sin embargo, al pasar los días y bajar las revoluciones después de la charla, muchos no ven cambios en su vida: siguen en el trabajo que no les gusta, aumentando sus deudas de consumo, ganando una suma que no les alcanza, etc.
Existen también algunos pocos que aprovechan el impulso e inician el camino: comienzan a ahorrar, investigan sobre inversiones, hacen consultas a su banco, etc., pero al poco andar sus planes comienzan a empolvarse y vuelven a la vida que llevaban antes de empezar, pensando que esto no es para ellos.
También hay un tercer tipo de personas que se inclina por inversiones, pero quieren un «rápido retorno». Éstas suelen ser más riesgosas, con el premio de ver resultados instantáneos, el tema es que éstos pueden ser buenos o malos. Esta tendencia puede llegar a ser muy atractiva, porque de la noche a la mañana se puede ganar o perder mucho dinero, es algo inmediato.
A esto precisamente se debe el éxito en la industria de los juegos de azar, es decir, los casinos de juego, las loterías, los raspes (tarjetas de rascar) o concursos, que, a pesar de ofrecer una posibilidad muy pequeña de acertar, son millones los que lo intentan con la esperanza de que su suerte cambie de la noche a la mañana.
Alguien me dijo alguna vez: “invertir es aburrido” y tenía mucha razón. No es precisamente una actividad excitante en sí misma, si bien requiere adquirir nuevos conocimientos, investigar, estudiar el mercado y hacer evaluaciones, una vez elegida la opción se vuelve lento y rutinario. Por ejemplo, comenzar a ahorrar o tomar un depósito a plazo, que usualmente es el primer paso para invertir, te lleva a buscar las mejores tasas, investigar de qué se trata, reunir la cantidad necesaria y luego hacer la inversión, repitiendo lo mismo de tanto en tanto.
Lo que puede terminar de desmotivarte es cuando te das cuenta que el primer mes la rentabilidad no es muy atractiva, en comparación con el tiempo y esfuerzo que estás haciendo. Piensas “dejé de gastar dinero este mes y los frutos no valen la pena”, y tiras la toalla pensando en que quizás sea una buena idea comprar el billete de lotería.
Si te sientes identificado con el párrafo anterior, es que estás siendo víctima de la cultura de lo inmediato y esa ansiedad de satisfacción rápida se alimenta de no tener un propósito motivador. Cuando no tienes una meta grande u objetivo en la vida claro, las repercusiones de tus actos financieros de hoy pierden importancia, porque no hay “para qué” postergar.
La cultura de lo instantáneo puede estar impidiendo que veas el horizonte y saber que tu “yo” del futuro te agradecería muchísimo si comienzas a encargarte de tu situación financiera hoy, después de todo, el tiempo es un bien muy preciado que no se valora hasta que falta.
Si hasta hoy has sido inconstante, tienes baja fuerza de voluntad, poco tiempo o dinero, puede que simplemente estés siendo arrastrado por la cultura de lo instantáneo.
Para ayudarte, te propongo el siguiente ejercicio:
- Haz el cálculo de cuánto podrías ahorrar mensualmente en 5 años, partiendo hoy, estoy segura que esa cifra te sorprenderá.
- Cómo sería tu vida hoy si hubieras comenzado hace 5 años, ese monto podría haber estado en tu cuenta corriente en este momento.
- Ahora, agrega a la suposición anterior que en ese periodo además invertiste, la cifra crece gracias al interés compuesto por su efecto de bola de nieve.
Este artículo lo he escrito porque también fui parte de la cultura de lo instantáneo muuuuuuchas veces y, si yo pude comenzar, romper con ese estancamiento y ver cómo mi “yo” de hoy le agradece al de ayer, tú también puedes. Busca apoyo de quien sea, cualquier persona que haya logrado salir de esta cultura, de hecho, para eso mismo nació Realizados y puedes contactarnos cuando quieras.
Cuando después hagas un balance con la comparación, verás que valió MIL veces la pena, no sólo por el avance financiero, también por el crecimiento personal, ya que tendrás que vencer en el camino a muchos fantasmas internos.
Para terminar, te dejo una frase de un gran inversionista, que resume un poco lo que he venido a contarte hoy:
¿Cómo llevas la cultura de lo instantáneo? Te leo en los comentarios ;)