Un ejercicio simple que te servirá como punto de comparación al momento de tomar decisiones
Anteriormente, hablé de la importancia del tiempo: lo incesante de su andar y lo imperceptible que puede ser para algunas personas.
Hoy quiero compartir contigo un práctico y sencillo ejercicio que conocí hace algunos años y que, extrañamente, lo había hecho antes sin tomarlo muy en serio: El cálculo de la Hora Persona, es decir, cuánto es el valor real de tu hora trabajada.
Es posible que ese término lo hayas oído antes como Hora Hombre o H/H, ya que es muy utilizado para determinar costos empresariales y de producción, sin embargo, hoy lo quiero enfocar a personas naturales, como tu o como yo.
Como primera variable, considera tu sueldo o ingreso líquido mensual (si ese valor es irregular, saca un promedio de los últimos 12 meses). La segunda variable contempla todas las horas que estás en tu trabajo al mes, incluyendo horas extraordinarias y descontando el tiempo del almuerzo. Se añaden a este valor, las horas mensuales que te toma el traslado desde a tu lugar de trabajo y de regreso a tu hogar. En caso de aplicar, también debes sumar el tiempo mensual que le dedicas a esa actividad desde tu casa o de algún otro lugar fuera de las instalaciones regulares, lo que incluye: atención de Whatsapp por temas laborales, revisiones de correo electrónico, llamadas telefónicas, visita y/o administración de redes sociales ligadas a tu empleo, afinación de temas pendientes, prepararte para el día siguiente, eeeeeetc.
Teniendo eso en cuenta, la fórmula queda de la siguiente manera:
Las horas de traslado y el trabajo extra se considera porque serían cosas que no harías si no tuvieras dicho empleo o actividad y es por esa misma razón que no se considera la hora de la comida, porque debes alimentarte de todas maneras, estés donde estés.
¿Qué te sucedió al ver cuánto cobras por una hora de tu vida? ¿Estás conforme?
Debo decir, a modo personal, que antes de este ejercicio sentía que mis ingresos estaban bien, acorde a mis necesidades y aceptables, en comparación al valor de mercado que tenía una empleada de mis características. Sin embargo, esa visión cambió al ver este resultado, el número no me dejó satisfecha y quedé con la sensación de que mi tiempo podía ser más provechoso que eso, mucho más.
Practicar este ejercicio me dio un impulso para buscar alternativas paralelas que me dejaran contenta con la inversión de mi tiempo.
En caso de que estes feliz con el número del resultado, mi mayor felicitación para ti, de corazón, porque trabajas bajo tus propios términos. En cambio, si ha tocado alguna fibra sensible, te insto a que te muevas en pro de llegar a lo que estimes que es adecuado para ti y te sientas [email protected] con la inversión de tu tiempo.
¡Un gran abrazo!